viernes, 12 de septiembre de 2014

Refranes clásicos españoles.

Muchos sujetos deberían estarlo, además de serlo.


No hay hombre tan malo que no tenga algo bueno, ni tan bueno que no tenga algo malo.


Cada uno cuenta la feria como le va en ella.


Tantos hombres, tantos pareceres.


Por lo que uno tira, otro suspira.


A cada uno le place aquello con que nace.


Lo que se aprende en la cuna, siempre dura.


A donde el corazón se inclina, el pie camina.


Soñaba el ciego que veía, y soñaba lo que quería.


Déjame entrar, que yo me haré lugar.


Quien tiene buen anillo, todo lo señala con el dedo.


Con hombre vano, ni en invierno ni en verano.


No se acuerda el cura de cuando fue sacristán.


No hagas mal, que es pecado mortal; ni hagas bien, que es pecado también.


La vergüenza, donde sale una vez nunca mas entra, y la sospecha nunca sale de donde entra.


Quien deja camino y toma vereda piensa que adelanta, pero rodea.


Con arte y engaño se vive medio año; con engaño y arte, la otra parte.


De haber dicho si, muchas veces me arrepentí; de haber dicho no, ninguno se arrepintió.


No extiendas la pierna más de lo que alcanza la manta.


Porque otro se tire de un balcón, no voy a tirarme yo.


Me gusta porque me gusta; me cansa porque me cansa, y no hay mas causa.


El que esté a las duras, que esté a las maduras.


Ríete de todo lo de aquí abajo, y manda el mundo al carajo.


Una vez engañan al prudente, y dos al inocente.


Mas hacen pocos y buenos que muchos que lo sean menos.


No se puede decir nada tan absurdo que no haya sido dicho antes por un filosofo.


Cada cabello hace su sombra en el suelo.


No hay ninguno tan viejo que no piense vivir otro año.


El viejo que cura, cien años dura.


La fortuna a muchos da demasiado, pero a ninguno le da bastante.


La suerte de cada alma, escrita está en su palma.




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