lunes, 30 de junio de 2014

Estera mi pensamiento.

Todo el que carece de educación, se asemeja a un cuerpo sin alma.


Hay quien dice que existen tantas morales como individuos. Existen sin embargo más, puesto que hay quien posee dos, una para él y otra para el prójimo.


El deshonor es una herida que cicatriza, pero que no desaparece jamás.


El saber mucho no ha de ser para decirlo todo, sino para saber lo que se ha de decir.


En algunas asambleas deliberantes, lo mismo que en aritmética, los ceros forman las decenas y las centenas.


Nadie debe avergonzarse de preguntar lo que no sabe.


No hay idolatra más insensato que el que se adora a si mismo.


No hay cosa que, a la larga, canse más que no hacer nada.


Un hombre puede pasar por sabio cuando busca la sabiduría; pero si cree haberla encontrado es un necio.


El que abandona a un semejante suyo que está en peligro, se hace cómplice de la desgracia que le acontezca.


La tiranía más dura, hijo mio, es la que te forzará a oír embustes, errores, y a callarte.


El himeneo* es un costal que contiene noventa y nueve víboras y una anguila.


El que prefiere hacerse temer a hacerse amar, debe temer a cuantos no le amen.


Los hombres de Estado invierten todo su talento en decir lo que es justo, en hacer lo que les conviene, y en justificar lo que han hecho.


El verdadero huérfano es el que no ha recibido educación.


Una hermosa sin gracia es una rosa sin olor.


Quien habla, siembra; quien escucha, coge.


La cabeza del ignorante es una esponja seca.


*Boda, casamiento.











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